Después de volar cien millas desde el aeropuerto New Orleans Lakefront, el avión perdió uno de los motores y el piloto tomó la decisión de dar la vuelta sobre el Golfo de México para volver a aterrizar en Luisiana, de donde procedía.  La aeronave, un Falcon 900 construido por Dassault y puesto a disposición por el Partido Republicano, transportaba al ex mandatario, algunos de sus asesores, miembros del Servicio Secreto, parte de su personal y el personal de a bordo.  Después de un aterrizaje de emergencia exitoso, el equipo de Trump se apresuró en alquilar otro jet. Esto permitió que el expresidente regresara a su residencia en Palm Beach, Florida. Sin embargo, solo pudo lograrlo en la madrugada del día siguiente.